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DB: BASE de DATOS, Biblioteca del Centro Cultural de la Embajada de Japon
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Created: 2021/08/20 23:51:04 JSTLastUpdate:2021/09/08 00:31:18 JST
RUBRO TANKA, HAIKU y POESIA
TITULO El alma de las flores (Antologia poetica bilingue) ()
AUTOR Kaneko Misuzu
EDITORIAL Satori
ISBN 978-84-17419-22-6
IDIOMA ESPANIOL, JAPONES, ROMA-JI
CODIGO INTERNO PO-0074
NOTA ()(Traduccion, seleccion y prologo de Yumi Hoshino y Maria Jose Ferrada^@Imaginativa, elegante, conmovedora, universal... la poesia de Kaneko Misuzu es la celebracion de la vida de lo grande y lo pequenio. Profunda conocedora del corazon humano, Misuzu capta con reveladora sencillez la necesidad de empatia y comprension entre los seres y alumbra ese camino a veces luminoso, a veces oscuro, y siempre fugaz, que todos compartimos y que llamamos vida.^@Transcurria marzo del anio 2011 y los japoneses necesitaban recuperarse de las traumaticas consecuencias del terremoto y posterior tsunami que habia azotado la zona de Tohoku. Se trataba de reconstruir carreteras, puentes y edificios, pero sobre todo de recuperar la confianza en la vida que, como suele suceder tras los desastres, habia resultado profundamente daniada. Una poeta que vivio entre los anios 1903 y 1930, conocida como Kaneko Misuzu, seria la encargada de abrigar los corazones dolidos con su poema LEres un ecoL, que durante los dias que siguieron a la tragedia fue transmitido por las cadenas de television.^@[Si digo LVamos a jugar?L, dices LVamos a jugarL.^@Si digo LTonto!L, dices LTontoL.^@Si digo LNo quiero seguir jugando!L, dices LNo quiero seguir jugandoL.^@Luego, me siento sola.^@Digo, LLo sientoL, dices LLo sientoL.^@Eres un eco? No, eres todo el mundo.]^@El sencillo canto a la necesidad de empatia y comprension entre los seres calo de un modo profundo en la audiencia. Y es que el conocimiento que la poeta demostraba del corazon humano caia en un jardin fertil. Antologias hechas por encargo del Emperador que datan del siglo VIII, poemas escritos en rollos colgantes que se exponen, como tesoros, en las vitrinas de los museos mas importantes de Japon y cuadernos que, en pleno siglo XXI, continuan completando los cultivadores del haiku, constituyen pruebas suficientes de la historica confianza del pueblo japones en la poesia como forma de observar y comprender la vida.^@La autora que habia recogido la tranquilizadora voz del eco habia nacido con el nombre Teru --Misuzu fue su seudonimo de escritora-- a principios del siglo XX en un pequenio pueblo de pescadores. Criada entre libros, debido al trabajo de su madre en una libreria familiar, la ninia, huerfana de padre a partir de los tres anios, tuvo una suerte poco comun para las ninias japonesas de la epoca : permanecer en la escuela hasta completar, a los dieciocho anios, sus estudios.^@El trabajo al que se integraria luego en la sucursal de la libreria familiar de la ciudad de Shimonoseki marcaria un tiempo especialmente luminoso. Misuzu leeria sin descanso, desde mitologia japonesa a clasicos occidentales, y, como si de un camino natural se tratara --escuchar la voz de otros para luego probar la propia voz--, comenzaria a escribir los primeros poemas : estrellas que, aunque no veamos, estan ahi ; el sol que brilla en una hoja ; el dios que descansa en la pequenia abeja. Misuzu observa la vida y se detiene en sus distintas formas : hay una relacion de ternura e interdependencia entre las cosas, parece querer decir a los ninios y ninias que elegiria como destinatarios de sus descubrimientos.^@La poeta tiene veinte anios --edad que en la cultura japonesa marca el paso hacia la vida adulta-- cuando decide probar suerte enviando sus poemas a algunas revistas de la epoca. Cinco poemas son aceptados al primer intento, llamando la atencion del editor y poeta Yaso Saijo quien al reconocer su talento --y comparar su voz a la de la poeta britanica Christina Rossetti-- alienta a la joven Misuzu a continuar descubriendo y nombrando eso que solo ella parece ver. Las cartas de admiracion y agradecimiento no tardan en llegar desde distintos lugares de Japon.^@Tal vez la lectura de Hans Christian Andersen, que tanto llamo su atencion, ya le habia adelantado eso que tan bien saben explicar los cuentos clasicos : la vida es un bosque que alberga claros luminosos y tambien pantanos de profunda oscuridad. Porque mientras su escritura parecia brillar, un manto oscuro comenzaba a tenderse sobre su ambito privado. Un matrimonio concertado y predeciblemente infeliz, una epoca en la que el papel de las mujeres comenzaba --y terminaba-- en el cumplimiento de su rol de esposas y una ley que en materia de derechos parentales privilegiaba a los hombres, fueron solo algunas de las nubes negras que atravesaron, de manera fatal, el cielo de quien, paradojicamente, se dedico a celebrar la vida de lo grande y lo pequenio.^@El marido, que resulto ser infiel, fue despojando a la poeta de todo cuanto queria. Trabajador, en principio, de la libreria familiar, decidio emprender su propio negocio en otra ciudad y Misuzu, a pesar de los consejos de su propia familia, que ya en los primeros anios le recomendo la separacion, decidio seguirlo. La razon : estaba embarazada de la que seria su unica hija, Fusae. No contento con separarla de los libros, le prohibio la escritura y toda relacion con poetas, amigos y editores. Pero eso no seria todo : como si la muerte poetica a la que se vio forzada no hubiera sido suficiente, Misuzu fue contagiada por su marido de una grave enfermedad de transmision sexual.^@La pareja se divorcio finalmente en 1930 y la poeta regreso, ya muy debilitada, a casa de su madre. Presintiendo tal vez lo que vendria, habia decidido, ya en 1929, compilar sus poemas para entregar una copia a quien habia sido su maestro, Yaso Saijo, y otra a su hermano menor.^@El golpe final vino cuando el para entonces exmarido decidio reclamar la custodia de la pequenia Fusae. El 10 de marzo de 1930, a la edad de veintiseis anios, Kaneko Misuzu, abrumada por el dolor emocional y fisico, se suicidio con una sobredosis de calmantes, dejando una carta en la que pedia a su marido que diera la custodia de Fusae a su madre. Tras su muerte y el frustrado intento de su hermano de publicar los cuadernos que ella le habia entregado, los poemas cayeron en el olvido.^@El final de la historia parecia triste y, lo peor de todo, definitivo. Pero fue nuevamente un estudioso y poeta, llamado Setsuo Yazaki, quien se encargaria de darle un giro. Corria el anio 1966 cuando, hojeando la LColeccion de poemas infantiles de JaponL, Yazaki se encontro con el poema LLa gran capturaL.^@[Arriba en la playa^@hay una fiesta^@pero en el mar^@celebraran funerales^@por decenas de miles.]^@Decia Misuzu a proposito de las cazas de sardinas que, imaginamos, presencio mas de una vez en su pueblo natal, impresionando a Yazaki con su capacidad de empatizar incluso con los mas pequenios habitantes del mar.^@Comenzo una busqueda dificil. Misuzu escribia usando un seudonimo y su apellido de soltera, lo que hacia que localizar su informacion personal fuera una tarea casi imposible. Cuando finalmente Yazaki logro rastrear a la poeta hasta Shimonoseki, se encontro con que la libreria familiar ya no existia. Todo lo que quedaba eran poemas dispersos en revistas. Tendrian que pasar dieciseis anios de persistente busqueda para que Yazaki lograra encontrar al hermano de Misuzu, quien a sus mas de setenta anios seguia conservando los tres cuadernos que contenian los quinientos doce poemas que su hermana habia compilado antes de morir.^@Tras ser rescatada, la obra de Kaneko Misuzu fue publicada en Japon por la editorial JULA en tres volumenes que contienen todos los poemas y una biografia. Esta publicacion, junto a la antologia LSomething NiceL, traducida por D.P. Dutcher y publicada en version en ingles y japones de los poemas, publicada por la misma casa editorial, han servido de referencia para la obra que hoy, gracias a editorial Satori, llega por primera vez al publico hispanohablante.^@Como traductoras y compiladoras de esta obra esperamos haber logrado transmitir las profundas y sencillas verdades que Kaneko Misuzu supo nombrar en sus poemas. Personas, flores, animales, insectos y objetos cotidianos que estan ahi, alumbrando ese camino a veces luminoso, a veces oscuro y siempre fugaz, que compartimos y que llamamos vida. [de LPrologoL de Yumi Hoshino y Maria Jose Ferrada])

   

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